viernes, 28 de junio de 2013

¿De qué Manera Afecta el Colesterol a tu Salud?

Conforme la popularidad del término colesterol, el vocabulario que le atañe se ha complicado más y más. De manera estricta, hay dos tipos de colesterol: el que está fuera y el que está dentro de nuestro organismo; al primero se le conoce como colesterol dietético o de la alimentación, y al segundo como colesterol de suero o sérico.



El colesterol dietético es el que se obtiene de la comida y es exclusivo de los alimentos de origen animal, como la leche entera, la mantequilla y las carnes (rojas y blancas por igual). El colesterol del suero es el que se encuentra en el torrente sanguíneo, siendo, precisamente, el que se nos mide mediante pruebas de laboratorio.

Normalmente se habla de colesterol "bueno" y de colesterol "malo", términos coloquiales para referirse a dos fracciones del colesterol sérico, las conocidas como HDL( (el colesterol bueno) Y LDL (colesterol  malo); pero, no hay colesterol "bueno" o "malo" en los alimentos; tales formas sólo existen dentro de nuestro cuerpo, circulando con el torrente sanguíneo. HDL son las siglas en inglés que identifican a las lipoproteínas de alta densidad y se les considera buenas para la salud por su capacidad para proteger nuestras arterias. En cuanto a las siglas LDL representa a las lipoproteínas de baja densidad, también consideradas indeseables porque promueven los depósitos de colesterol en las arterias.


Más que ver al colesterol como enemigo hay que reconocer lo que realmente es: una sustancia útil al organismo, dentro del cual cumple funciones super importantes y cuya falta absoluta nos aniquilaría, ya que sólo cuando los mecanismos que los regulan se salen de control pueden convertirse en una arma de doble filo. Un claro indicio de su importancia es el hecho de que el cuerpo no depende del colesterol que nos llega con los alimentos, por ejemplo, el hígado produce unos 1500mg diarios de colesterol, equivalente al de seis huevos, y lo hace de manera independiente del colesterol que se ingiere con la dieta; y esa cantidad la produce lo mismo un vegetariano estricto como un esquimal cuya dieta contiene grasa saturada en exceso.

El colesterol es importantísimo para el organismo como precursor metabólico de numerosas sustancias que exhiben las funciones más variadas; es decir, como materia prima para producir ácidos biliares, vitamina D, hormonas corticosteroides y hormonas sexuales, tanto masculinas como femeninas. El colesterol también es  un componente universal de las células de todos los animales superiores, incluido el hombre; abunda sobre todo en el cerebro, el tejido nervioso y en las glándulas suprarrenales y se halla en cantidad moderada en el hígado, los riñones y la piel, así como en el tejido graso, pero donde más se concentra es en el cerebro; constituye cerca del 17% de su componente sólido.

Por lo tanto, el colesterol es tan importante para el buen funcionamiento del organismo que, si no pudiéramos producirlo, seguramente sería una vitamina más y se nos aconsejaría ingerirlo a través del consumo de huevos, leche entera y carnes rojas.

Ahora bien, si el colesterol presenta tantas ventajas, ¿por qué nos causa enfermedades? Después de varias décadas de investigación e incontables estudios al respecto, es algo que no acaba de quedarles claro a los expertos; algunos de ellos ni siquiera están convencidos de que, efectivamente, el colesterol sea el culpable de la "epidemia" actual de males cardiovasculares y a decir verdad, cada vez hay más indicios de que les asiste la razón.

El asunto del colesterol es mucho más complicado que la fórmula sencilla "a más colesterol ingerido, más coleslterol en las arterias". En el metabolismo del colesterol participan numerosos factores, entre ellos el sexo, el soborepeso, el ejercicio, el tabaquismo, el consumo de alcohol, el estrés, y por supuesto, la alimentación; además, hay factores fuera de nuestro control que influyen sobre lso niveles de colesterol o, directamente, sobre las cardiopatías: la herencia, el peso al nacer y ciertas infecciones microbianas (virus y bacterias que invaden el torrente circulatorio):

Con frecuencia se recomienda evitar los alimentos ricos en colesterol y grasas saturadas para evitar elevaciones en el colesterol sérico; sin embargo, hay factores dietéticos tanto o más peligrosos, como lo es el azúcar de mesa, la glucosa y la fructosa; todos ellos colesterogénicos (ya que estimulan la producción corporal del colesterol . A esto le agregamos que el metabolismo del colesterol requiere de ciertos nutrimentos en particular, cuya escasez en la alimentación conduce a elevaciones en el colesterol y en los triglicéridos (una forma de grasa circulante), y frecuentemente muy pronunciadas. En otras palabras, el colesterol elevado no obedece a excesos en comer, sino que es una manifestación de la carencia múltiple de vitaminas y nutrimentos inorgánicos, por lo que, es corregido proporcionando tales nutrimentos.

Cada vez más investigaciones coinciden en señalar como son imprescindibles para el metabolismo del colesterol el Complejo B (en especial la B6), y las vitaminas C y E, el betacaroteno y los nutrimentos inorgánicos como el cromo, magnesio, calcio, selenio, cobre y zinc. En dicha función son asistidos por nutrimentos accesorios como la lecitina, la colina, el inositol, la taurina, la carnitina y el ácido lipóico.

A través de distintos mecanismo, y actuando entre sí, cada uno de estos nutrimentos contribuye a mantener saludable el colesterol, de manera que si tú te preocupas por recibirlos diariamente, ya sea a través de la comida o suplementos alimenticios, el colesterol dietético no debería preocuparle. Si deseas una máxima protección, hay que tomar en cuenta que existen otros factores que influyen positivamente sobre el colesterol sérico: la fibra dietética, sobre todo la fibra soluble, el ajo, el aceite de pescado y el aceite de prímula. Utilizados como complementos de la alimentación, a menudo han logrado espectaculares aumentos de HDL y reducciones de LDL, para mantener los niveles de colesterol adecuados en nuestra sangre.

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